¿Qué es?
La carboxiterapia es un método no quirúrgico dentro de la medicina estética que consiste en la inyección de CO2 (Dióxido de Carbono) médico en el tejido subcutáneo gracias a una fina aguja, se distribuye de forma rápida y extensa por los tejidos adyacentes desempeñando una potente actividad vasodilatadora a nivel microcirculatorio, de modo que aumenta el flujo sanguíneo en el tejido dérmico y adiposo.
Las toxinas desligadas durante el proceso se eliminan a través del sistema linfático lo que provoca una mejoría del tono de la piel.
El número de sesiones es variable y depende de las características y necesidades concretas de cada paciente, pero se consideran necesarias un mínimo de 15 aplicadas, 1 ó 2 veces por semana.
Una vez finalizada la sesión, el paciente puede incorporarse a sus actividades de la vida cotidiana, evitando el sol durante las siguientes 24-48 horas.
¿Cómo funciona?
La técnica de la Carboxiterapia es muy sencilla. Se realiza a través de un equipo especialmente diseñado que permite controlar la velocidad de flujo y el tiempo de inyección del CO2, así como monitorizar la dosis administrada. Se aplican varias inyecciones con una aguja de diámetro inferior a la aguja de insulina.
El gas se difunde rápidamente a los tejidos adyacentes. No presenta efectos secundarios, salvo un ligero y fugaz enrojecimiento que perdura unos minutos. También podemos apreciar alguna pequeña equimosis en el punto de punción que desaparecerá en pocos días.
Indicaciones estéticas de la Carboxiterapia:
- Celulitis
- Flacidez cutánea
- Estrías
- Adiposidades localizadas
- Alopecias
- Ojeras
- Rejuvenecimiento facial y corporal